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Tamales Flor de Lis
Los Tamales y su Origen

La Historia de Tamales Flor de Lis se encuentra intimamente relacionada con la cultura culinaria de Mexico

La cocina mexicana es famosa internacionalmente, debido a su variedad, colorido y sobre todo a su sabor inigualáble.
El origen de sus platillos lo encontramos en el momento en que lo español y lo indígena se unen para dar al mundo una extraordinaria expresión culinaria.
Los productos alimenticios que México aporto al mundo son de un gran valor, por mencionar algunos: maíz, chile, tomate, chocolate, vainilla y aguacate; pero no se deben olvidar los productos españoles que vinieron a enriquecer lo que ya se tenía en México, como son: trigo, aceite, gallinas azúcar puerco, leche, etc.
Ambas culturas se enriquecieron transformándose en una:
LA MEXICANA, cuya herencia hoy por hoy deleita al paladar mundial De esta fuerte herencia culinaria, uno de los Ingredientes más importantes y que mas variedad proporciona a la alimentación mexicana es el maíz.
El maíz es un cereal perteneciente a la familia de las gramíneas, que produce granos en mazorcas de diferentes colores, siendo las más conocidas las de color blanco.
Sobre su origen existen muchas leyendas, la teogonta mexicana cuenta como el hombre nació del maíz y como el emisario de los hombres disfrazado de hormiga roja, burló a los dioses para introducirle en la cueva donde estos tenían guardado el grano divino y lo dio a los humanos.
La forma de consumir el maíz va desde la más simple, que consiste en el elote o mazorca, Ya sea asado o cocido y que sirve de acompañamiento al plato principal, hasta la elaboración del nixtamal ( obtenido de los granos de maíz secos, remojados en agua con cal y posteriormente molido) que es el ingrediente indispensable para la preparación de recetas indígenas ancestrales, como son. las tortillas, los atoles y los tamales. Un poco más mestizos, serían los pozoles y los postres a base de maíz. La variedad de cada uno de ellos es inmensa, ya que en la cocina el mexicano siempre añade o inventa algo, logrando con ello multitud de nuevos platillos de sabor sin igual.
El gusto por la buena comida se encuentra inherente en la familia mexicana , y aunque exista la influencia de otras cocinas extranjeras, el mexicano se esfuerza siempre por mantener esa tradición culinaria.
Desde su fundación por los aztecas, lo que es ahora la Ciudad de México se convirtió en un fuerte imán para la gente de otros lugares, pero es hasta que la revolución de 1910 termina, y el campo mexicano se encuentra desolado por la lucha fraticida, que la Ciudad de México, empieza a recibir grandes cantidades de gente de provincia quienes ven a la gran Ciudad como fuente de progreso y bienestar económico.
Por lo que toca a la cocina, la llegada de las nuevas familias de provincia a la ciudad de México, hace que la tradición culinaria se fortalezca con recetes que por muchos habían mantenido la calidad original del producto.
Entre estas familias tenemos a los fundadores de TAMALES FLOR DE LIS ubicado en Huichapan No 17, en la colonia Hipódromo Condesa de México, Distrito Federal.
Cuando el término de la revolución los siete hermanos Andrade Marroquín llegan a la ciudad de México, procedentes de Pachuca, Hgo, contaban solamente con mucho ánimo y con la herencia materna de una receta de tamales de maíz apreciada en sus reuniones familiares.
Corre el año de 1917 y el zaguán del No.20 de Santa María la Ribera instalan un pequeño negocio.
Entre los siete hermanos (cinco mujeres y dos hombres), se organizaba la elaboración de los tamales, el maíz se deshidrataba al sol y se molía a mano de modo casero - usando metate - poniendo en cada paso de su elaboración el mayor de los cuidados.
En 1926 los hermanos Andrade Marroquín registran la marca de tamales como FLOR DE LIS y en 1930 se cambian a la Colonia Hipodromo Condesa, lugar donde han permanecido hasta la fecha.
Cada uno de los hermanos tenía asignada una tarea en la fabricación y venta de los Tamales; Un estricto control se seguía con el objeto de que cada Tamal que se vendía, tuviera la misma calidad que el anterior. La materia prima era estrictamente seleccionada y los platillos solo podían salir al comensal previa supervisión de los dueños.
Debido a la excelente comida, y a la constante atención por parte de los dueños, LA FLOR DE LIS adquirió mucho reconocimiento. Acudían ahí personajes de la política y la cultura, lo que hizo que el lugar se convirtiera en un símbolo de la época.
Hacia 1943 LA FLOR DE LIS termina de formalizarse como restaurante. En el se lleven a cabo festejos familiares de gran releváncia del tipo de primeras comuniones, despedidas de soltera, bautizos, etc., lo que hacen que años después las personas recuerden con cariño el lugar y aúnen a estos momentos agradables y trascedentales de la vida familiar, el recuerdo del delicioso aroma de los Tamales y los Atoles de LA FLOR DE LIS.
Los Tamales se siguieron vendiendo en el zaguán de Huichapan No. 17 y fue tan grande el éxito, que pronto tuvo que ampliarse el servicio y el menú, con lo cual se inició el restaurante. Las personas que llegaban a merendar atole y tamales, podían también disfrutar de la música de un piano que había sido colocado en una terraza, y en el cual podían improvisar melodías las personas que así lo desearan. Esto fue convirtiendo a LA FLOR DE LIS en un restaurante familiar y acogedor.
En 1970 muere el Sr. Don Alfonso Andrade Marroquín, uno de los siete hermanos fundadores, quién fungía como cabeza del Restaurante, y a raíz de esto, se lleva a cabo la separación de TAMALES FLOR DE LIS y el Restaurante LA FLOR DE LIS, quedando al frente de la Fabrica de TAMALES FLOR DE LIS la Srta. Alicia Andrade Marroquín quien fuera Socia fundadora y encargada de la fabricación de los tradicionales TAMALES FLOR DE LIS
La época ayudó también, ya que la colonia Condesa fue creciendo, y el hecho de que se localizara ahí un hipódromo y una plaza de toros, te dio un matiz muy especial a la zona
Desde 1984, la Sra. Luz María Andrade Fernández del Castillo Vda. de Farfán se encuentra enfrascada en una lucha tenaz, por conservar la tradición que su Padre y tías le heredaran y continúa elaborándolos con la misma dedicación, constancia y cariño con el que empezaron sus dueños 75 años atrás.